¿Sigue siendo importante la memoria? ¿Es una habilidad necesaria para el aprendizaje? ¿En qué medida están vinculadas memoria y aprendizaje?
El paradigma educativo que se ha ido implantando durante los últimos 50 años ha centrado gran parte de sus esfuerzos en reformular el concepto de aprendizaje. Tradicionalmente, la memorización de datos, en muchos casos vacuos o descontextualizados, suponía un alto porcentaje de lo que se entendía por aprendizaje en las escuelas. Llenar de significado y favorecer la comprensión han sido dos de los objetivos esenciales de las nuevas formas de pedagogía.
Sin embargo, si bien no hay duda de que éste era un paso imprescindible, puede haber llevado a un descrédito desmerecido de las habilidades memorísticas, absolutamente imprescindibles en todos los ámbitos de la vida.
Dos conceptos de memoria vinculados al aprendizaje
Para empezar, deberíamos distinguir entre dos conceptos que, aunque aparentemente similares, encierran diferencias sustanciales. No es lo mismo memorizar que aprender de memoria.
Aprender de memoria es un proceso en el que se retienen datos de forma mecánica, sin darles un sentido y sin necesidad de comprenderlos. Precisamente, las primeras investigaciones sobre la memoria, realizadas por el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus a finales del siglo XIX, partían de la hipótesis de que el mecanismo de la memoria requería solo la repetición para producirse. Para demostrarlo, los participantes de su estudio solo debían retener sílabas inconexas.
La memorización, en cambio, requiere del análisis y de la comprensión para producirse, e implica la capacidad de recapitular y explicar con palabras propias lo retenido. Frederic Barlett, otro de los precursores de los estudios sobre la memoria, en los años 30 del siglo XX, introduce la teoría de los esquemas, tras realizar varios experimentos usando la memorización de historias. Según este científico, almacenamos de forma organizada la representación mental de lo memorizado, y se construye como una forma de conocimiento, no como un mero almacén de datos. La psicología cognitiva actual, seguidora en parte de los estudios de Barlett, considera que, además, el individuo interpreta la información según su conocimiento previo y es así como genera los recuerdos.
Atendiendo a estas dos aproximaciones al estudio de la memoria, podríamos decir que la memorización es esencial e imprescindible para el aprendizaje, ya que la mera comprensión sin recuerdo no permite al individuo crear esquemas y acceder al conocimiento.
¿Es importante «aprender de memoria»?
Entonces, ¿es o no importante aprender de memoria y de forma mecánica? La respuesta es SÍ, aunque no como forma de aprendizaje sino como ejercicio para ciertas funciones esenciales. Aprender de memoria pone en marcha y ejercita la memoria a corto plazo, la que nos permite analizar la información y organizarla, para poder interpretar nuestro entorno y lo que estamos experimentando.
La MCP codifica la información sobre todo de forma visual y acústica, por eso se ve favorecida cuando se utiliza el ritmo y la rima para retener los datos. Es la memoria de trabajo y se encarga de recuperar todos aquellos conocimientos que necesitamos para ejecutar una labor.
Aunque la comprensión y la memorización significativa deben ocupar la mayor parte de nuestro tiempo en educación, hay que dejarle un pequeño hueco a ese tan denostado aprendizaje memorístico mecánico. Es un importante recurso para ejercitar algunas capacidades y puede incorporarse como un juego en el aula.
Mejorar la memoria
En nuestro siguiente artículo hablaremos de la importancia del ritmo y la rima como herramienta memorística.