En 1º ESO, hemos realizado una actividad a la que podríamos llamar “El escudo del autoconocimiento”. El trabajo ha consistido en elaborar, individualmente, un escudo de armas donde se recogían nuestras cualidades principales, lo que deberíamos mejorar y un breve plan para superar las debilidades.
El autoconocimiento como herramienta
Hemos tomado como ejemplo inspirador un caso real: el de Rick Hoyt, nacido en 1962 con una parálisis cerebral aguda. El cordón umbilical se enrolló al cuello de Rick durante el parto, lo que le causó una parálisis cerebral debido a la falta de oxígeno. Los médicos pensaron que nunca saldría del estado vegetativo. Sin embargo, gracias a la férrea voluntad de su padre, Dick Hoy, Rick pudo cumplir su sueño de competir en IRONMAN. Con esta maravillosa historia como ejemplo, queremos seguir potenciando las fortalezas y tomar conciencia de las debilidades, con el objetivo de convertirlas en nuevas fortalezas.
IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
La educación emocional es una parte esencial dentro del sistema educativo canario. El autoconocimiento es solo una de las competencias esenciales de esta educación emocional. ¿Sabemos cuáles son las otras? Hay muchos tipos de clasificaciones, pero una de las más clasificaciones más efectivas la divide en cuatro grandes grupos:
- Autoconocimiento
- Autocontrol
- Autonomía
- Habilidades sociales
EL AUTOCONOCIMIENTO COMO META
La neurociencia, la meditación y la aproximación teórica de la inteligencia emocional nos han permitido conocer mejor el funcionamiento del cerebro y de la mente. Gracias a todos ellos, sabemos que el autoconocimiento es una vía que conduce al empoderamiento, al bienestar psicológico y a la felicidad de la persona, lo que repercute, a su vez, en mayor salud. Una persona empoderada es una persona que es dueña de su vida, de sus actos y responsable de su felicidad.
¿Qué produce ese empoderamiento?
Es importante enseñar a nuestros hijos y alumnos habilidades para aquietar la mente cuando se aleja de sus objetivos. De forma natural, nuestra mente tiende a la distracción, las ideas obsesivas, etc. Es lo que se llama “mente errante” y, si nos domina, impide que nos desarrollemos como personas felices y empoderadas. Podemos aquietarla y entrenarla para que viva en el momento presente. El autoconocimiento es el primer paso para poner en marcha este entrenamiento. Cuando reconocemos y etiquetamos nuestros pensamientos, nos convertimos en dueños y señores de lo que sentimos, hacemos y queremos cambiar.