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En este post, nos vamos a centrar en los beneficios del ritmo y la rima para mejorar la memoria. Pero, ¿a qué tipo de memoria nos estamos refiriendo?
Dos conceptos de memoria
En nuestro artículo “Memoria y Aprendizaje”, aludimos a la existencia de dos conceptos asociados a la memoria que es interesante distinguir: aprender de memoria y memorizar.
El primero se asocia a un proceso mecánico en el que no es necesaria la comprensión, mientras que el segundo implica el análisis y el entendimiento del objeto a retener. Sin embargo, a pesar de que la distinción es útil y significativa, es imprescindible comprender que no pueden concebirse de forma aislada.
La memoria está integrada por un número diverso de sistemas, cada uno con sus propias funciones y características. Eso sí, trabajan todos de manera coordinada, lo que implica que los diversos modos de funcionamiento de cada sistema interactúan entre sí para lograr que el todo cumpla con su labor.
Ritmo y rima para mejorar la memoria
Para nuestro cerebro, la rima y el ritmo están directamente asociados con patrones que el cerebro registra como agradables. En un estudio publicado en la revista Frontiers of Psicology, por investigadores de la UB de Reino Unido, se concluye que la respuesta encefálica a los esquemas poéticos que respetan las reglas es mucho más intensa que la que se genera ante oraciones o frases que no las siguen. El cerebro inconsciente es sensible a la poesía.
Lo más curioso del experimento era que la respuesta aparecía unos milisegundos después de haber leído el verso, de modo que nuestros circuitos neuronales no habían tenido tiempo aún para procesar los aspectos lingüísticos del mismo. Eso conducía a una extraña conclusión: no era necesario comprender el contenido para disfrutar del poema. Según un estudio realizado por Zeman, Adam & Milton, Fraser & Smith, Alicia & Rylance, Rick. (2013), la lectura de poesía activa todas las regiones vinculadas a las emociones, tal y como ocurre al escuchar música.
¿Qué memoria mejora con el ritmo y la rima?
Ese increíble el poder de las palabras cuando generan un patrón rítmico y una rima se convierte, así, en una herramienta esencial para el aprendizaje memorístico de datos, de historias, de fragmentos del saber. Activa inicialmente la memoria sensorial, aquella que registra sensaciones; luego pone en marcha la memoria a corto plazo, que guarda la información que se usa en el momento presente, pero también inicia los procesos de recopilación y comprensión de elementos semánticos, propios de la memoria a largo plazo.
Aprender, como hacían los antiguos, a través de versos y canciones, es una de esas técnicas que no deberíamos dejar en el olvido, ya que conlleva múltiples beneficios y ninguna contraindicación. Es un complemento perfecto para retener información que pueda alimentar el saber no memorístico. Cuántas veces queremos referirnos a algo que es esencial para lo que queremos trasmitir y nos quedamos con las palabras en “la punta de la lengua”. Esas lagunas nos impiden, en ocasiones, comunicar nuestro punto de vista. Por eso, es necesario ejercitar la memoria mecánica, ya que es un instrumento más para almacenar y gestionar conocimiento.